Los viajes de incentivo tienen un papel relevante a la hora de aumentar la motivación y productividad dentro de las empresas. También son clave para estrechar vínculos con clientes y socios. Atrás han quedado los días en los que los viajes de incentivo se reducían a una escapada a un destino clásico. Ahora se valoran mucho las actividades culturales únicas y la posibilidad de vivir experiencias diferentes.
Descubre a continuación nuestras propuestas para cuatro destinos que te permitirán disfrutar vivencias increíbles.
Sevilla es una ciudad única que agasaja a sus visitantes con experiencias inolvidables de muy distinto tipo. En la capital hispalense podréis disfrutar de rutas de degustación de tapas y vinos andaluces por sus calles más emblemáticas, de visitas especiales a enclaves tan majestuosos como el Alcázar o de excursiones a las dehesas sevillanas para observar a las reses bravas. ¡Arrancaos por bulerías y dejad que os imbuya el espíritu de la Feria de Abril en un buen espectáculo de flamenco!
Una visita a Cartagena de Indias nos permite descubrir la "Joya del Caribe", una ciudad llena de belleza natural y miles de rincones costeros por explorar y en los que tomar una bebida refrescante, probar la cocina local colombiana o bailar salsa. Aprovechad el viaje y haced una parada, antes o después, en Bogotá, donde historia y modernidad se mezclan en una capital atractiva y vibrante, en la que descubrir y degustar algunos de los mejores cafés del mundo.
El entorno único de Laponia y sus condiciones climáticas lo han convertido en un destino místico y emocionante. La Laponia finlandesa parece sacada de un cuento de hadas invernal, ¡sobre todo si tenéis la suerte de poder disfrutar de una aurora boreal! Subid a una moto de nieve y cabalgad a través de bosques cubiertos de nieve o atreveos con un paseo en trineo tirado por ‘huskys’. Para recargar pilas, visitad una auténtica sauna finlandesa para disfrutar de una tarde tranquila.
Dos de los destinos más buscados del sudeste asiático, Laos y Camboya, emergen como punto de contacto entre tradición y modernidad. El madrugón merece la pena: ver amanecer desde Angkor Wat, patrimonio mundial de la UNESCO desde 1992, resulta verdaderamente mágico. De camino a Laos podréis ver animales exóticos (algunos en peligro de extinción), visitar maravillas como las cataratas de Kuang Si y degustar o aprender a cocinar la deliciosa cocina local.