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We love Vietnam

 

 

Se podría hacer un libro entero hablando del orgullo y amabilidad de sus gentes, del ritmo eléctrico de sus grandes ciudades, de la paz y majestuosidad de las montañas del norte que casi podrían evocar paisajes alpinos si no fuera por las terrazas de arroz y el colorido de los ropajes de las distintas tribus H’mong, del espectáculo único de navegar por una bahía en la que yace el esqueleto de un dragón, del regalo para los sentidos que es ver una puesta de sol en el Mekong, de los templos ocultos en grutas o que salpican de belleza la selva, de una de las mejores gastronomías del planeta…

Factor sorpresa

¿Por qué Vietnam? Fácil. Es un país que supera todas las expectativas con creces. Su pueblo, que se hizo famoso por una guerra, ha convertido el país en un lugar muy acogedor. Es un sitio fascinante gracias a sus paisajes, salpicados de arrozales y mercados flotantes. ¿Lo mejor? La gente, que siempre tiene una gran sonrisa para ti. Es un gran destino para un viaje de incentivo porque los que no han estado no esperan encontrar tal diversidad de paisajes, naturaleza y cultura.

La instantánea del viaje

Algo que sorprende a quien ha visitado el país es la bahía de Halong. Se encuentra a unos cien kilómetros de distancia de Hanoi y es un lugar sagrado para los vietnamitas. Existen varias leyendas que cuentan cómo se originó esta maravilla natural. Todas tienen que ver con el animal mitológico nacional por excelencia: el dragón. Halong significa ‘donde el dragón descendió al mar’ y es que esta bahía fue creada por un dragón que, para proteger a los vietnamitas de los ataques chinos, golpeó con su enorme cola el mar y escupió gigantescas joyas de jade que tiñeron el mar de verde. Cansado de tanto trabajo, se sumergió en el mar a descansar dejando parte de su lomo a la vista. Su cuerpo visible se llenó de vegetación y formó las actuales islas… Eso dice una de las leyendas. El agua y el viento han formado grutas y túneles en sus más de 3000 islotes que sobresalen del agua. Es un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La mejor manera de visitarlo es con los ‘juncos’, unos barcos de madera con velas que navegan muy lentamente para que el viajero pueda apreciar el paisaje, ver cómo viven en los pueblos flotantes y adentrarse en las grutas. ¿Qué es lo mejor? El ruido del silencio. Es un momento único encontrarse anclado viendo cómo la puesta de sol dibuja el contorno de las rocas. ¡El silencio y la paz invaden el espacio! La mejor manera de empezar el día en Halong es hacer una clase de taichí en cubierta a las seis de la mañana, cuando amanece.

Sus ciudades

No hay que perderse Hanói. Además de ser la capital y ofrecer una combinación perfecta de caos y paz, es el punto de partida para ir a Halong. Tampoco hay que dejar de visitar Hoi An. Se trata de una ciudad pesquera situada en el ‘ombligo’ de Vietnam muy pintoresca. Fue un encantador pueblo mercante con fuerte influencia japonesa y china y sus casas y templos se han conservado y pueden visitarse. Hoy en día también es un centro de artesanía tradicional. Es el lugar indicado para hacer compras. Por último, y no menos importante, no podemos olvidar la caótica Ho Chi Minh, conocida mundialmente como Saigón, donde podremos ver la gran influencia colonial francesa de la época de Indochina; de hecho se la conoce como el París de Asia. Para visitarla, lo mejor es utilizar el medio de transporte que utilizan los locales: el xe lam. Cerca de Ho Chi Minh se encuentran los famosos túneles de Cu Chi, construidos durante la Guerra de Vietnam por el Vietcong, que cavó una red de 200 kilómetros de túneles que jamás fueron descubiertos por los americanos. Desde Ho Chi Minh también se puede realizar una fantástica excursión: un paseo en barco por el delta del Mekong parando en diferentes lugares para ver las múltiples e inimaginables maneras de utilizar el arroz.

Infraestructura hotelera

En lo que a infraestructura hotelera se refiere, Vietnam no tiene nada que envidiar a cualquier otro destino asiático. La mayoría de las grandes cadenas hoteleras se encuentran en las principales ciudades vietnamitas y también cuenta con una gran oferta de restauración.

Gastronomía

Los amantes de la buena mesa estarán en el paraíso. Con influencia francesa, la gastronomía vietnamita destaca por su variedad y el cuidado que dedica a seleccionar los ingredientes más frescos y delicados. Como es de esperar, uno de los alimentos más utilizados es el arroz. Existen muchos tipos de arroz e incluso hay uno que solo se utiliza para hacer postres. Tampoco faltan los rollitos. Otro protagonista de la cocina vietnamita es el pescado. ¿Una recomendación? Un pescado conocido como la oreja de elefante frito y enrollado en una torta de arroz.

Consejos del experto
 

Silvia Lara, miembro del equipo de CWT Meetings & Events España, ha visitado en varias ocasiones el país asiático y siempre vuelve maravillada de él.

Vietnam aparece siempre como destino favorito para los viajes de incentivo debido a sus grandes atractivos. El país, con una economía cada vez más pujante, cuenta con una gran oferta hotelera para todos los presupuestos, permite visitar auténticas maravillas naturales y ofrece una gastronomía exquisita. La experiencia será, seguro, inolvidable.